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BOMBEJA AGUSTINET! — Columna 642 — Felip Bens
Calero sabe motivar al equipo y explotar sus virtudes. Ha instalado la ambición en el vestuario, el club y la grada.
El domingo defendemos nuestro liderato contra el Oviedo. Podemos ganar o perder, pero sabemos que saldremos a por todas, que no especularemos, que este es un grupo con mentalidad ganadora, que hasta los recogepelotas son conscientes que el único rumbo posible de club y equipo apunta a Primera.
Nuestros jugadores se esfuerzan por ofrecernos su mejor versión. Tienen talento, lo saben y lo quieren poner en valor al servicio de una escuadra llamada a hacer historia, de una grada que merecía recuperar la senda de la ilusión. Lo han hecho posible cada uno de ellos. Unos con más relumbrón, otros de forma más discreta. En todo gran equipo, en el fútbol y en la vida, hay quien cava zanjas, quien tira líneas y quien cuenta historias por las noches que humedecen los ojos de los compañeros. Poder, inteligencia y poesía. Eso es este Llevant, con un patrón que sabe lo que se lleva entre manos, y lo que se espera de él, que ha tenido el acierto (siempre elogiable) de analizar sus mimbres y entender que debe adaptarse a ellos, que sería un crimen no trabajar tácticamente para que estos chicos desplegaran todo el fútbol ofensivo que llevan en sus botas.
Y hay margen de mejora. Nos hacen daño en las bandas y en el balón parado. Hay que mejorar esas facetas. A poc a poc. También hay futbolistas que van a tener un mayor protagonismo, seguro: el equilibrio de Iborra, los remates de Espí, la clase de Dela, la visión de Lozano, el desparpajo de los más jóvenes, la electricidad de Fabrício, el talento de Pablo, el sacrificio de Iván, el recorrido de Algobia… La plantilla no es muy larga, pero le sobra ambición y ganas de hacer historia. Calero lo sabe y está gestionando esas emociones para enfocar el potencial de todos ellos en la buena dirección. Todo va a salir bien.
••• Calleja reclama su deuda. Vuelve a Orriols, el domingo. A los cinco partidos de que lo trajera Miñambres, para sustituir a Nafti, ya escribí que no era una buena opción. Pusieron un Ferrari en sus manos y fracasó. Ni tuvo ambición ni sacó la mejor versión de los futbolistas. No hacía carburar al equipo. El trauma del ascenso fallido ante el Alavés no fue culpa de Róber Pier, de los árbitros ni de Villalibre. Ese partido maldito fue un resumen de la temporada: en vez de ir a por la victoria, el Llevant intentó mantener el empate. Quien juega con fuego se quema. Hoy, a toro pasado, creo que nos vino bien aquel chasco. El ascenso hubiera enmascarado la situación económica y hubiese mantenido las malas prácticas que nos llevaban al abismo. A veces la historia sucede así. Miñambres y Quico le mantuvieron en el cargo, pese a todo, para el curso siguiente. Apostaron fuerte por él. Necesitaban que triunfara para no quedar ellos en evidencia, que lo habían avalado, en una concatenación de malas decisiones. Pero la situación superó todos los límites y hubo que destituirle. Calleja se comportó en Orriols de una forma educada pero también altanera. Lo cierto es que su salida era imprescindible para regenerar la parte deportiva de la entidad. Ahora ha denunciado un impago. Está en su derecho, por supuesto. También habría podido entender la situación (que él vivió desde dentro) y empatizar con el levantinismo, después de haber sembrado tanta decepción. Pudo renegociar los pagos, arrimar el hombro, echar un cable. Es uno de los peores entrenadores que recuerdo en Orriols. El Llevant perdió una millonada con su fracaso, que fue el nuestro, y, pese a ello, la entidad (contra mi criterio y el de muchos otros) tuvo una paciencia proverbial con él. Está en su derecho, desde luego, de tirarnos al juzgado. Nosotros también en el nuestro de dedicarle una clamorosa pitada para recordarle que ni siquiera tuvo una palabra amable en su despedida para la hinchada que tuvo que sufrirle durante año y medio.
BOMBEJA AGUSTINET! — Columna 641 — Felip BensFelip Bens (El Cabanyal 1969 — @FelipBens) és escriptor i periodiste. Té publicades les novel·les Toronto i El cas Forlati i altres llibres com 110 històries del Llevant UD, Dones e altri, València al mar, Historia del Llevant UD (4 volums, junt a José Luis García Nieves) o La cuina del Cabanyal (amb Marisa Villalba).
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